sábado, 26 de febrero de 2011

"El beso" Granada13 artes en la Taberna del Beso el dia 1 de marzo 21 Horas



Estimado amigos, el próximo día 1 de marzo, martes, se inauguran las actividades culturales de un nuevo espacio en Granada. Se trata del Palacio de los Condes de Cabra, situado en la Cuesta de San Gregorio (prolongación de Caldelería), esquina cuesta las Arremangadas y calle del Beso, donde se sitúa La Taberna del Beso. Su propietario Hassan B. Ramdani va a destinar una de las salas de esta edificación singular como espacio de encuentro y manifestación cultural. Las actividades de este lugar tendrán como consejera cultural a Francoise Soavi.

El primer acto se va a realizar por Granada13artes con la colaboración de la Asociación Cultural "Tertulias Lorquianas" de Valderrubio. El tema de este día será, que mejor para iniciar, "El beso" en todas sus manifestaciones: poesía, música...

Hasta el momento han confirmado su participación, salvo causa de fuerza mayor, las siguientes personas: Miguel Carrascosa (Director del Centro Unesco de Andalucía), Juan Trova (Cantautor), Alicia Choín (Poeta), Paco Vaquero (Poeta), Carmen Parrizas (Cantante), Luis Otero (Cantautor), Rosa Mª Sánchez (Ceramista), José Luis Pareja (Cantautor), Mara Dat (Musica), Yolanda López (Actriz), Pedro Enríquez (Poeta).

Os esperamos.


lunes, 7 de febrero de 2011

EL CONTENIDO DEL CORAZÓN


Granada aún tiene una deuda pendiente con Luis Rosales. Ya han pasado las conmemoraciones del primer centenario de su nacimiento y se ha podido comprobar que desde las instituciones no se ha hecho todo el esfuerzo que la ocasión merecía, aunque ha habido excepciones plausibles, más bien fruto de iniciativas privadas e independientes. Está claro que a menudo la política condiciona los caminos de la literatura, sobre todo cuando solo nos fijamos en el reverso de una moneda, olvidando siempre el otro reverso. Pero a pesar de los escollos y los olvidos premeditados, de la mirada intencionada hacia otra parte, la alta literatura tiene el don de subsistir más allá de los espejos vanidosos del mercado literario y la jerarquía impuesta en el mundo de las Letras según el poder dominante de cada época.


He releído durante estos últimos días de duro invierno El contenido del corazón, una de las obras de prosa poética más sobrecogedoras que ha conocido la literatura española del siglo XX, publicada por Rosales en 1969, aunque comenzó a escribir a partir de 1940. Lo leí hace unos años en la biblioteca de la facultad de Filosofía y Letras y el mes pasado lo encontré en una librería de viejo de nuestra ciudad, y su lectura me ha impactado mucho más que aquel primer encuentro. En El contenido del corazón se encuentra definida, en toda su plenitud, la voz poética de Luis Rosales, su universo literario, un mundo particular en el que el poeta apenas se movió a lo largo de toda su trayectoria de escritor: la vida interior de las casas familiares, los recuerdos y los fantasmas del pasado, el amor y el desamor, los ecos y las voces de los seres queridos que nunca llegan a disiparse en la memoria.


Aunque Granada es el escenario de fondo de El contenido del corazón, la verdadera Granada es la que encontramos entre las paredes de la casa familiar, con la madre del poeta como centro de reflexión y cohesión de todos los textos de la obra. Y hay que resaltar el papel de las mujeres en este libro: sus voces son las dueñas de la casa, las conservadoras del saber popular, el legado sentimental de las generaciones precedentes, en suma, la memoria viva de la familia. Luis rosales, desde la lejanía de los años de la madurez y la distancia con su ciudad natal, supo explorar en el mundo femenino que le rodeó durante la infancia la vía donde encauzar y aunar los recuerdos y la expresión poética, la historia universal del corazón. El resultado del libro es asombroso, por su calidad literaria y el trabajo minucioso de un poeta que era muy consciente de que el fuego de la poesía hay que cultivarlo de por vida para que las palabras no terminen convertidas en simples cenizas: "Convertir las imágenes en palabras ha sido una labor de taracea, una labor de muchos años que nunca se termina y nunca se hace bien. Y a esta labor, a esta palabra inarticulada y sucesoria, le llamamos vivir."


Luis Rosales se hubiera merecido más en la celebración del centenario de su nacimiento. Granada aún sigue en deuda con uno de sus mejores poetas. Para los amantes de la poesía nos quedan sus libros, como El contenido del corazón, que están destinados a traspasar los años y las fronteras más mundanas de la realidad local en la que vivimos.

martes, 1 de febrero de 2011

ESE FILO DE PALABRAS

Vamos camino de Valderrubio, uno de los parajes más hermosos de la vega. En el coche Pedro indica una y otra vez cómo llegar al lugar a esos amigos que no cesan de llamar, lo más increíble es que no les indica el camino que nosotros hacemos para no despistarlos y esto hace que el viaje aún sea más único; Luis Otero va a descubrir la infancia de Federico, como él descubrió en la suya y en su Argentina los primeros versos que le acercarían, quizá sin el saberlo, a Granada. La noche ha caído y no deja de sorprenderme la belleza del camino, ¿andarán por sus desnudos álamos esos versos que Federico dejó para siempre entre ramas, cortezas, caracoles y agua? Llegamos a Valderrubio y allí con un pequeño paraíso nos recibe la casa de Federico, esa casa que sigue presente gracias a personas como Paco Vaquero, Pepito del Amor, Carmen Párrizas…, que con su trabajo silencioso han hecho posible que hoy podamos celebrar el trece aniversario de las Tertulias Lorquinas. Cruzar el portón verde es ir más allá, es dejarse envolver, seducir, amar…, porque el sábado hubo mucho amor. Amor por parte de todos los que allí nos reunimos para compartir con nuestro amigo Pedro Enríquez su palabra, generosamente entregada a cada uno de los que participamos: Fernando Barros, que junto a Antonio Castillo y Jonhatan Morillas pusieron el duende que la velada requería; Miguel Ángel García con su coro Maison de France, hicieron volar Azucena como flor de lis; nuestro querido amigo, Juan Trova, que nos adentró con Ella y sus libros en un lugar misterioso y lleno de poder; el granadino platense, por adopción, Luis Otero, que entre afine y afine, logró arrancar a Pedro Enríquez con una milonga en un alalimón que anuncia el Génesis de futuros proyectos; el saxo de Nardy Castellini que estableció el diálogo más hermoso que la palabra y el llanto puedan decir; y las voces de Mª Ángeles M. Gallegos y una servidora que en ningún momento se sintieron De espaldas a la fiesta, porque ayer todos éramos uno. Y ello siempre al entusiasmo y cariño y generosidad que Pedro nos brindó y a los amigos que acompañaron a nuestro querido Pedro, agitador donde los haya. Como broche final la tierra tomó forma de mano de Rosa Mª Sánchez en un precioso Tablibello para cada uno de los intervinientes que fueron entregados, entre otros, por uno de nuestros poetas más ilustres Rafael Guillén junto con Julio Alfredo Egea, Chema Cotarelo y el propio Pedro Enríquez.
Os aseguro que ayer Ese filo de palabras nos atravesó a todos y nos dejó la más dulce herida.

Yolanda López