Françoise Soavi Mylène Wagram
Pedro Enriquez Miguel Carrascosa
Andres Molinari Sara Maria Ruiz
Pedro Vaquero Mª Carmen Parrizas
Hamza Castro
Chema Cotarelo Juan Trova
Jose Luis Pareja Julia
Yolanda Lopez Alicia Choin
Yanin Luis Otero, Mara Dat,
Ibrahim Nang, Jairo
Cuando Pedro nos comentó que se iba a realizar un homenaje al Beso en la Taberna del Beso, aquello en su conjunto me sonó muy bien. En esta sociedad donde la mayoría de las reuniones se hacen para protestar por causas injustas, aquella reunión se hacía para celebrar algo gratificante, algo que era capaz de hacernos sonreír a todos al igual que cualquier reunión de amigos.
Aquel homenaje al Beso prometía sorprendernos, auguraba una reunión de gente diversa unidos por la curiosidad y la atracción de un gesto humano tan pequeño y tan grande a la vez como es un beso, un gesto que une a seres humanos de todas las edades, de todas las razas.
Creo que previamente todos pensamos qué era para nosotros un beso, qué contestaríamos si alguien nos pidiese que definiésemos lo que es un beso para cada uno de nosotros.
Intentamos ser fuertes ante la vida, demostrar que somos superhombres y supermujeres que podemos con todo y a veces tanta fortaleza nos deshumaniza, nos hace fríos sin serlo en realidad. Nuestro cráneo se va endureciendo después del nacimiento, nuestra frente es resistente y dura; en cambio el beso se da con los labios, con una parte blanda y suave de nuestra cara; hay besos tiernos y besos apasionados. Los niños dan besos; más adelante cuando se llega a ser adolescente algunos jóvenes dejan de besar a sus padres para demostrar que son mayores, que ya no son tan infantiles( ¡ay! como madre siento el frío de la desnudez cuando mis hijas salen de casa por la mañana sin darme un beso); parece que queremos demostrar que ya no necesitamos esos besos, pero se buscan otros besos de amigos, de jóvenes amores.
¿Qué será el beso que nos hace más personas?
En las historias infantiles el beso de un niño fue capaz de enternecer al Gigante Egoísta, ¿recordais?
Igualmente el beso de Heidi humanizó a su uraño abuelo.
En el cuento de Blancanieves y en el de La Bella Durmiente un beso de amor es capaz de vencer el mayor de los maleficios: el sueño eterno o la muerte. En la vida real, el beso de un nieto, un hijo o amigo, también es capaz de dar vida al alma dormida de un anciano o anciana al sentir renacer esa sensación en sus mejillas o en sus labios.
Creo que cualquier persona tendría algo que decir sobre “el beso” pero aquella noche del 1 de Marzo fuimos al Palacio de los Condes de Cabra dispuestos a escuchar hablar del beso a personas que dominaban la palabra como poetas, amigos y amigas que poseían el don de saber recitar e interpretar, al igual que músicos que supieron hacer la mejor de las reverencias al beso con sus instrumentos y sus voces, y así todos y todas supieron brindar, cada uno a su manera, su particular homenaje al beso. Incluso, al final de aquella sensual velada, fue tal el ambiente creado que surgió de entre el público de forma improvisada una chica que interpretó con estremecedor apasionamiento el bolero: “Bésame mucho”.
Creo que al igual que cuando se habla de chocolate, se tienen ganas de comer chocolate, de aquel homenaje al beso salimos todos con unas inmensas ganas de besar.
Para finalizar, me gustaría citar la definición del beso que dio el poeta romántico Alfred de Musset: “ El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”.
Mª José león